Los países más asombrosos de Asia oriental, a tu alcance

Te invitamos a un fabuloso viaje a China y Japón:

Dos países unidos en un periplo que te brindará la oportunidad de conocer algunos de los lugares que hacen a esta parte del mundo única en sus formas artísticas, en sus expresiones culturales, en su espiritualidad, en su vitalidad arrolladora, en sus paisajes exquisitos y en su forma de concebir la vida.

En Japón, recorreremos Tokyo, Kawaguchiko, el monte Fuji, Nagoya, Kyoto, Nara y Osaka. Desde esta localidad, viajaremos a China para conocer Beijing, con la fastuosa Ciudad Prohibida y su célebre Gran Muralla; X’ian, con su ejército de terracota custodiando la tumba del emperador Qin, y la siempre enigmática y bella Shanghái.

Sin duda, se trata de uno de nuestros programas estrella, y una propuesta que recoge buena parte de nuestra fascinación por Asia.

Japón

Tokyo jardín otoño

Sus habitantes mueven la cabeza como si dijeran que sí, pero en realidad están negando algo; las huelgas en las fábricas consisten en jornadas de trabajo maratonianas, cuyo objetivo es crear problemas en los almacenes y en la cadena de distribución; los taxis libres llevan una luz roja.

Aunque estas circunstancias parecen sacadas del mundo al revés, lo cierto es que hacen referencia a la tercera economía mundial y a uno de los países que han adoptado con más éxito las formas de vida occidentales: Japón.

Situado en Asia oriental, este territorio reúne un total de 6.852 islas, aunque cuatro de ellas ocupan el 98% de su superficie: éstas son, de norte a sur, Hokkaido, Honshu —la mayor y más densamente poblada, y en la que se halla la capital nacional, Tokyo—, Shikoku y Kyushu.

Cada una de ellas está formada por una zona montañosa interior de origen volcánico —las montañas representan el 80% del suelo nipón— y rodeadas de angostas llanuras que se amplían a medida que se acercan al litoral.

El techo del país se halla en Honshu, donde se eleva el majestuoso y emblemático Fujiyama, de 3.776 m de altitud. paso a la aparición de diversas sectas y a enfrentamientos de los defensores de religión autóctona, el sintoísmo, con los partidarios de abrazar la religión de Buda.

Monte Fuji viaje a china y japón

Tras sucederse en el poder diversas dinastías imperiales, los shogunes —gobernantes de facto— controlaron el país desde los albores del siglo XVII hasta la caída del régimen feudal o bakufu en 1868, episodio que dio el pistoletazo de salida de la era Meiji o de la restauración imperial.

Sumida en una vorágine de modernización y de importantes victorias militares entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Japón acometió ambiciosos planes de expansión por el Pacífico, que le llevaron a participar en la Segunda Guerra Mundial, en la que caerían derrotados.

Tras ser ocupados por las tropas estadounidenses, los japoneses emprendieron su particular milagro económico, que consagraría a su patrio como uno de los países más punteros del mundo en tecnología y a nivel financiero. Sin embargo, este sorprendente logro no se les ha subido a la cabeza a los 127 millones de japoneses, un pueblo que sigue caracterizándose por su comedimiento y su

Beijing

Ciudad prohibida Beijing

La fascinante capital de China, Beijing, no sólo puede presumir de ser la segunda urbe más poblada del país (con 17 millones de habitantes, sólo la supera Shanghái): sin ir más lejos, también fue la primera de las cuatro ciudades en alcanzar el estatus de provincia. Asimismo, es un importante nudo de comunicaciones, dotado de múltiples líneas de ferrocarril, autopistas y carreteras, y se ha consolidado como el centro cultural, político y social más relevante del gigante asiático.

Su condición de capital imperial durante las dinastías Yuan (1279­1368), Ming (1368­1644) y Qing (1644­1911) explica su generoso patrimonio arquitectónico. Dentro de este extenso catálogo, destaca por derecho propio la Ciudad Prohibida, un complejo palaciego de 0,72 km² y 800 edificios que sirvió de corte imperial durante la época Ming y Qing.

Al otro extremo de la Ciudad Prohibida, se localiza el hermoso parque de Jingshan, construido en 1179, y desde el que se puede disfrutar de unas vistas únicas. En cualquier caso, la Ciudad Prohibida no es el único gran complejo imperial de la capital china.

A éste se suma el Palacio de Verano, cuyo nombre original en mandarín significa ‘jardín de la salud y la armonía’. Ubicado a 12 km del centro urbano y a orillas del lago Kunming, fue construido en 1750 por deseo del emperador Qianglong, devastado durante la segunda guerra del Opio (1856­1860) y reconstruido en 1899 por la reina regente Cixi.

A su vez, las afueras de Beijing también son depositarias de magníficas atracciones culturas y turísticas: las tumbas Ming y Qing y a la Gran Muralla. El primero de estos centros monumentales se encuentra a unos 50 km de Beijing, en un recinto erigido entre 1409 y 1609 que acoge las sepulturas de 13 emperadores (incluida la de Yongle) y 23 emperatrices consortes, cortesanos y concubinas.

En el 2003, la UNESCO incorporó las tumbas Ming y Qing a la lista del Patrimonio de la Humanidad. Una categoría que, desde 1987, también ostenta la Gran Muralla, cuyo tramo más visitado se halla en la población de Badaling, a unos 65 km de Beijing. Iniciada en el siglo V a.C. y acabada en el siglo XVI, llegó a tener una distancia de 20.000 km, que se extendían de Corea al desierto del Gobi. Hoy, tan sólo siguen en pie 8.851,8 km.

Xi’an

Ejercito de terracota Xian viaje a china y japón

Xi’an, perteneciente a la provincia de Shaanxi, es una de las ciudades más importantes de la historia de China, al haber sido una de las cuatro grandes capitales antiguas del país. Sin ir más lejos, a lo largo de sus más de 3.100 años de historia ostentó ha ostentado este rango durante al menos de 13 dinastías, incluyendo la Zhou (1050­256 a.C.), la Qin (221­206 a.C.), la Han (206 a.C.­220 d.C.) y la Tang (618­907).

Además, se halla en el extremo más oriental de la Ruta de la Seda, lo que también explica su gran importancia como centro comercial. A esto hay que sumar que, al este, se alza una de las cuatro montañas sagradas taoístas: el monte Hua.

Asimismo, Xi’an, que ocupa 16.808 km², se sitúa entre las primeras ciudades chinas en términos de población y da cabida a una prestigiosa universidad.